jueves, 23 de octubre de 2014

Llenando los días de vida

Hoy me gustaría hablaros de un libro que leí hace mucho tiempo y que recientemente he vuelto a leer. No se trata de un libro de corte romántico, ni de auto-ayuda, ni autobiográfico, aunque tenga pinceladas de estos tres aspectos. Más bien creo que es un libro de superación, de seguir adelante a pesar de las dificultades que aparecen a lo largo de la vida.

Se trata del testimonio de una familia francesa, escrito desde la perspectiva de la madre, Anne-Dauphine Julliand, que relata a través de Llenaré tus días de vida (2012) todo el proceso por el que pasa desde que es diagnosticada una enfermedad en su hija hasta que llegan al final de esos días.


La vida de Anne-Dauphine y Loïc es tranquila y placentera: son padres de dos hijos (Gaspard y Thaïs) y están esperando el tercero, tienen los dos un buen trabajo, unos hijos a los que quieren, amigos y familia... Vamos, una vida perfecta.

De repente, les dicen que su hija Thaïs tiene una enfermedad incurable: leucodistrofia metacromática. También se les dice que a su hija le queda poco tiempo de vida, no se sabe cuánto, pero poco. El mundo se les viene encima pero poco a poco se van adaptando a la situación y van resolviendo como pueden todos los imprevistos que se les presentan.

La novela está escrita en primera persona. De la mano de Anne-Dauphine entramos en su familia y vivimos con ella sus alegrías y sus tristezas, sus triunfos y sus fracasos, pero, sobre todo, su amor por sus hijos y su marido. Ella da amor a sus hijos, pero sobre todo lo recibe de ellos, a pesar del sufrimiento y de la crudeza del momento por el que están pasando.

Un momento desgarrador es cuando descubren que su tercera hija, Azylis, también tiene la enfermedad de su hermana. O ver cómo la mayor de las hermanas va perdiendo poco a poco sus facultades, siendo cada pérdida un fuerte golpe para los que la rodean.

A pesar de que la historia puede ser triste, está escrita de una manera tan cercana y tan cariñosa, que sientes que formas parte de sus vidas, que ellos comparten contigo sus momentos de dolor y de alegría, sus logros y sus frustraciones. Entras en su vida familiar sin sentirte violento ni fuera de lugar porque ellos comparten contigo todo lo que tienen: lo bueno y lo malo.

Anne-Dauphine es una madre luchadora que quiere compartir con los lectores su historia. Es como si quisiera que, a partir de su relato, compartir sus vivencias, pero no de una manera dramática, sino intentando mostrar su faceta humana: una mujer que camina a ciegas en el camino de la enfermedad de sus hijas, que se cae muchas veces pero que siempre se levanta, que no se rinde jamás, a pesar de sus adversidades. Que es optimista, a pesar de la dureza de su situación, que sabe ver la parte positiva de todos los acontecimientos. Y, sobre todo, porque aprende a AMAR (en mayúsculas) porque da amor y lo recibe de sus hijas.

Este post se lo quiero dedicar a una persona que es luchadora, como Anne-Dauphine, que supo dejar todo de lado para centrarse en el cuidado de sus hijos cuando más la necesitaban. A ella y a todas las madres que luchan para que sus hijos salgan adelante dedico este post con todo mi cariño porque sus historias son anónimas pero tienen el mismo valor que la de esta familia.

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