sábado, 24 de agosto de 2013

Grandes Clásicos: Grandes Esperanzas

Pensaba esperar a la vuelta de vacaciones para colgar un nuevo post pero me ha gustado tanto el libro que acabo de leer que no he podido esperar a septiembre para escribir en el blog.

Se trata de un clásico de toda la vida: Grandes Esperanzas, de Charles Dickens (1812-1870). Con esta novela estrenaré una nueva la sección, llamada Grandes Clásicos, en la que hablaré de Clásicos Literarios Universales.



Grandes Esperanzas fue publicada entre 1860 y 1861 mediante entregas semanales en el All the year round; en 1861 se publicó la novela en tres volúmenes y, en 1862, se publicó en un único volumen. La edición de la novela realizada por Alba Editorial está basada en los tres volúmenes publicados en 1861. Esta edición me ha gustado porque la editorial cuida mucho la estructura y la escritura originales de las obras. Respeta en todo momento la esencia de la novela que el autor quiere plasmar en ella y eso se nota en la traducción, que es exquisita y precisa, respetando la edición original. De hecho, en esta novela, hace referencias a las tres partes de la novela mediante paréntesis y a las explicaciones oportunas sobre lo que decía y lo que quería decir Dickens. Por cierto, el año pasado se celebró el bicentenario del nacimiento del escritor inglés.

Grandes Esperanzas narra la historia de un niño, Philip Pirrip (llamado por todos Pip), que vive en un pueblecito, desde los siete años hasta que llega a la madurez. La trama comienza en vísperas de Navidad, en el cementerio en el que están enterrados los padres del protagonista. Allí se encuentra con un preso fugado que le hace traer una lima para deshacerse de los grilletes y comida para comer. Más tarde, el preso y otro compañero son descubiertos y detenidos. Al cabo de un tiempo, empieza a ir a Casa Satis, donde viven la señorita Havisham y Estella, de la que se enamora, aunque ésta le trata despectiva y cruelmente. Pasan los años y Pip trabaja con su cuñado, Joe Gargery, como herrero, cuando aparece Jaggers contándole que tiene un benefactor y debe ir a Londres y educarse para ser un caballero. Durante este tiempo, sólo vuelve a su pueblo para visitar la Casa Satis, olvidándose de su familia y de Biddy, una amiga que está enamorada de él. De repente, aparece el convicto del cementerio, Abel Magwitch, que le revela que él es su benefactor. Pero Magwitch debe salir de Inglaterra, ya que estar en el país le supone la muerte. Mientras Pip trata de sacarlo de Inglaterra con la ayuda de su amigo Herbert, son descubiertos por Compeyson (el otro convicto detenido con Magwitch al inicio de la novela) y la policía. Se celebra un juicio y el convicto es sentenciado a la horca. Finalmente, Pip, después de visitar a Joe y Biddy, se queda a vivir en Londres con Herbert y la esposa de éste, Clara.

Grandes Esperanzas es, junto a David Copperfield, una de las novelas que más me gustan de Charles Dickens. Como en el resto de sus novelas, el autor deja impregnados datos autobiográficos y la sociedad en la que tuvo que vivir, influenciado por las corrientes realistas de la época. A pesar del tono pesimista y agridulce de la novela, que parece que va a acabar mal, Dickens sabe dar un golpe maestro y da un vuelco a la trama en el momento más preciso, de manera que ésta acaba bien.

Si os gustan las novelas de Charles Dickens, ésta no os va a decepcionar, pues contiene gran parte de la esencia del escritor.

Hay versiones cinematográficas de Grandes Esperanzas (la más reciente se estrenó la pasa primavera), pero, como dije en su momento, no siempre valen la pena, como ocurre en este caso. Película y novela son distintas y no me gustó la adaptación cinematográfica, creo que no hizo justicia a la novela de Charles Dickens.

2 comentarios:

  1. Al principio me resultaba un poco lenta, pero conforme me iba adentrando en la historia me gustaba más y más. La última parte de la novela la leí de un tirón ;). Saludos.

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    1. ¡Hola, Nube de Frases!
      A mí me pasó un poco lo mismo, el principio se me hizo un poco lento pero, a medida que iba leyendo, me quedé enganchada, ¡al final no podía parar de leer la novela!
      Saludos

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